La crudeza de dejar tu país y el sentimiento de añoranza

Todos solemos querer y añorar nuestra tierra allá por dónde vayamos, por eso cuando salimos fuera de nuestra provincia, municipio, comunidad autónoma y/o país. Extrañamos su cultura, su historia y sus costumbres ya que es algo que aunque lo tengas que abandonar por algún motivo, siempre lo llevarás en lo más profundo de tu corazón.

Y aunque jamás puedas volver, lo tendrás muy presente porque es el lugar dónde naciste y/o te criaste. Echas de menos cada monumento de tu tierra, sin excepciones de ningún tipo, ya que cada uno te aporta algo diferente con respecto a los anteriores. Todo ser vivo siente esto cuando abandona la zona en la que habitualmente a vivido.

En el planeta cada uno tiene un lugar de nacimiento y/o un lugar en el que creció diferente a la mayoría de los demás, pero este sentimiento es igual sea cual sea el de cada habitante o animal. Las plantas no poseen el poder del pensamiento y por eso es la única excepción. Este lugar lo llevas dentro hasta el último de tus días.

Pero conforme vas envejeciendo se lo cuentas a tus nietos, etc. El único `problema´ es que ellos no sentirán lo mismo por ese lugar porque en muchos casos, ellos nacieron y se criaron en una tierra diferente a causa de las guerras, por la intensa sequia o del calor asfixiante en ciertos territorios, ya que muchas personas tienen que buscar un hogar mejor para sus descendientes.

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