Respeto, dignidad y honestidad

Estas tres palabras deberían ser vitales en la vida de todas las personas, el respeto es algo que se tiene que ganar, cuando se tiene confianza en algo o alguien habitualmente se llega al objetivo de lograr el respeto. La dignidad y la honestidad se logran solamente diciendo la verdad aunque a veces duela tener que asimilarla, aunque también es cierto que siempre te dará paz y armonía. Pues lo más habitual es que ocurra esto último.

Sin embargo, es lógico que a veces haya excepciones, algo que no suele ser muy normal. Estas tres palabras pueden representar mucho en la gran mayoría de la humanidad, determinan a las buenas personas que habitan el planeta, demuestran si eres grande en espíritu y alma o todo lo contrario. El interior de las personas es lo que más determina a cada uno de nosotros, incluso más que el aspecto exterior.

Porque las personas que muestran su interior no tienen nada que esconder al resto, ni en el físico, ni en la moral. Me refiero ni por dentro, ni por fuera. El descubrir si una persona es de bien o no, no siempre es fácil de averiguar, pero también hay gente que lo demuestra cada día de su vida. Esas son las personas que uno necesita cerca, en su círculo más próximo de existencia, la gente de malas vibras cuanto más lejos mejor.

Todo aquel que es una gran persona tanto interior como exterior se merece estar rodeado de lo mejor en su entorno, ya que esto le fomentaría una confianza aún más grande que en el caso inverso. En nuestro mundo siempre se presentan oportunidades tanto personales como profesionales y tenemos que saber valorarlas en cada momento, aquellos que te rodean te aportarán ese aliento necesario que necesitamos si son las personas correctas.